Extremoduro y los Fitipaldis en Granollers
✎ 26 de Agosto de 1999. Texto: Luis Hidalgo (El País).
Nada blando bajo el sol
Hay grupos cuya filosofía queda retratada explícitamente en los títulos que escogen para sus discos. Uno de los casos más paradigmáticos es el de Extremoduro, banda que ya empieza a definirse por el mismo nombre que la identifica. Pero bien, si de títulos se trata, Iros todos a tomar por culo es uno de los más ejemplificadores. En especial si consideramos que este disco, editado en 1997, fue el que siguió a Agila, el álbum que significó el despegue comercial de este cuarteto encabezado por Robe, un tipo que en entrevistas es capaz de largar frases como «bueno, pues, al componer me siento como Beethoven, y si he de hacer canciones, pues, hala, a componer». El caso es que el grupo tuvo su primera cita con los medios en un programa de televisión llamado Plastic, donde grabó el tema Extrema y dura, un canto a su tierra que les permitió editar un primer trabajo en 1992. Desde entonces, sus letras punzantes y su rock de barrio han ido captando adeptos sin apenas apoyo de los medios, que sólo repararon en ellos cuando Agila (1996) se convirtió en un disco de listas de éxitos. La última entrega de la banda se llama Canciones prohibidas, otro canto a la poesía rugosa de un tipo de la calle que responde por Robe y que es capaz de escribir en los créditos de sus discos «espero que sepáis apreciar nuestro trabajo, si no el próximo va de experimental y lo grabamos en una semana». Esta noche, Granollers (pabellón olímpico, 22 horas) experimentará en directo las sensaciones que acarrea Extremoduro, una banda cuya existencia demuestra qué duros son los tiempos que toca vivir.