Robe llena tres veces la sala Canciller de Madrid

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A pesar de que el nuevo disco de Extremoduro lleve en la calle casi dos meses y de que la banda ya haya hecho unos cuantos bolos en las últimas semanas, la gran presentación de ‘Agila’ es en Madrid, en la sala Canciller donde Robe llenará la sala una, dos… y hasta tres veces. ¡Sube la marea!
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Las entradas de cada uno de los conciertos en la Canci.

EL PRIMER ARTÍCULO es una gran crítica publicada en el ABC de la primera noche, la del viernes, con De Pasada de teloneros y la colaboración de ‘Uoho’ en algunos temas. El segundo artículo es otra crítica, esta vez publicada en El País, de la noche del sábado con Ratanera de teloneros. El tercer artículo, nuevamente en El País, es una reflexión sobre el buen estado de forma de Extremoduro tras el lleno del tercer día junto a unas declaraciones de Robe sobre lo que será la gira junto a Platero. A continuación, los tres:

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21 de abril de 1996. Texto: M. García Martín (Diario ABC).

EXTREMODURO, EL FÍN DE LA LEYENDA NEGRA

La Canciller abrirá de nuevo sus puertas el próximo viernes 26, ante la petición del público que no pudo asistir a los conciertos del viernes y de ayer. Los reventas se multiplican, así como las falsificaciones, inimitables al tacto, hecho que pudo comprobar este periódico en la puerta de acceso, donde algunos adolescentes no sólo pedían sino que suplicaban poder ver a sus ídolos. Se amontonó rápidamente el público en la puerta, en una especie de paranoia colectiva, como si el hecho de tener una entrada no fuera suficiente para poder acceder a la sala. Por ello, cuando actuaron los teloneros De Pasada, un directo correcto en la línea del más puro rock de siempre, la Canciller ya se encontraba abarrotada. Pasadas las once, le llegó el turno a los extremeños, que supieron coordinar durante todo el tiempo los temas nuevos con aquellos grabados, hacía ya tres años, en ¿Dónde están mis amigos?, tema que, el viernes, pudo escucharse junto a uno de los amigos de Reincidentes. Pero ahí no quedaron las sorpresas. Si ayer se esperaba de antemano la actuación del grupo granadino Ratanera -que ha colaborado en un par de temas-, el viernes, el guitarrista de Platero y Tú, Iñaki ‘Uoho’ Antón, acompañó a la banda en algunos de los temas más aplaudidos de la noche como So payaso o Correcaminos, en la segunda parte del concierto -ya que hubo un breve descanso que no alteró el ritmo de un directo que superó las dos horas. A la cabeza de Extremoduro, Roberto Iniesta, Robe, supo en todo momento unir las reflexiones mordaces, la poesía sin censura y la radicalidad corrosiva, con una base rítmica más melódica y una cuidada instrumentación. La leyenda negra del rock urbano de Extremoduro parece haber llegado a su fin. Agila, ‘espabila’ en castúo, es uno de los mejores trabajos del grupo, un disco y un directo que demuestran que éste es un buen momento para la banda. Y se han despejado las dudas, si es que las había, gracias a la lealtad de sus incondicionales, que confirman con su apoyo que el underground, controvertido, problemático por ir contracorriente y transgresor de lo establecido ha salido a flote. Un directo apoteósico, y un disco que merece un puesto entre los mejores trabajos de este año.


23 de abril de 1996. Texto: Fernando Martín (El País).

Terrible ángel caído

Sin casi promoción, sin entrevistas en televisión, sin el beneplácito de ningún círculo de opinión u oráculo de modas, este grupo ha llenado dos días seguidos en Madrid. Robe, cantante y alma de Extremoduro, es un terrible ángel caído que concita, al batir de sus alas rotas, la presencia de una España real, pero que nunca se ve reflejada en ninguna parte. Una España que acude, orgullosa de su fealdad y su destino incómodo, a presenciar en familia a un poeta oscuro, de esos que dicen las verdades más temibles. De los que son capaces de combinar a Machado, Hernández o Neruda con la poesía propia, labrada a golpes de sexo desgarrado, desesperanza sin solución y castigo en la vena. ¿Lou Reed made in Spain? ¿Por qué no?

Extremoduro + Ratanera

Sala Canciller. 1.700 pesetas. Madrid, 20 de abril.

El sonido no maltrata las orejas. La música es rock del de siempre. La voz no es aflautada. Nada hay en el directo de Extremoduro que pudiera satisfacer una orgía de cultos o exquisitos. Sólo la verdad cuenta. La cruda y descarnada verdad que apenas se oculta entre canciones como Prometeo, Ábreme el pecho y registra, Sucede o ese extenuante poema que dura todo un elepé, Pedrá.
Luego está la inmensa respuesta del público, fiel como pocos, que se sabe hasta las comas y se identifica con lo que ve y oye hasta la pérdida de una identidad individual y la creación de una colectiva de las que, francamente, ponen la carne de gallina. Todo ello forma un espectáculo de primera línea que devuelve al rock su espíritu primigenio y hace pensar que no todo lo que sale por unos altavoces es para usar y tirar.


28 de abril de 1996. Texto: Pedro Giner (El País).

Extremoduro consagra su liderazgo del rock a contracorriente

El cantante Roberto Iniesta mezcla poesía y música radical.

El rock de Extremoduro, tan personal y anárquico como la personalidad de su personaje central, Roberto Iniesta, convence a millares de oyentes. Hasta ahora, la banda de origen extremeño iba aumentando su poder de convocatoria de manera callada, pero las ventas de Agila, su más reciente álbum, han convertido a Extremoduro en un clamor popular. En poco más de una semana el público ha llenado tres conciertos del grupo en Madrid.

Hace un año, Extremoduro, al lado del hermanado grupo Platero y Tú, logró un espectacular lleno en el Pabellón de Deportes del Real Madrid, un hecho que expresó gráficamente su línea ascendente.

1996_04_xx-agenda-HR-152-abrilEn la presentación de Agila, en la sala Canciller de la capital, las entradas para las dos jornadas se agotaron con antelación. El pasado viernes, el grupo dirigido por Robe, como se conoce llanamente a su líder, realizó una tercera actuación en el mismo local con el mismo resultado. A todo esto, el nuevo disco recibe parabienes críticos y rápida salida comercial. «Ha salido un disco un poco más suave», comenta Iniesta desde su actual residencia en Granada, «y también era un poquito hora de que triunfase algo más. Todos los demás discos los había producido yo. Y la verdad es que yo soy un poeta y lo otro lo tenía que hacer como por obligación». Iñaki Antón, guitarrista de Platero y Tú, ha jugado un papel fundamental como productor y arreglista de Agila. Roberto Iniesta reconoce la labor del compañero y amigo. La colaboración entre Extremoduro y el grupo bilbaíno, que, en breve publica un disco grabado en directo, se estrecha por momentos: en la actualidad comparten una gira de características especiales. «Son cosas difíciles de hacer, solamente se consigue si llevas un rollo parecido y eres amigo. Son conciertos cachondos, con muchas sorpresas, nos lo pasamos bien. No es primero un grupo y luego otro, va a ser una sola cosa. Es todo el rato música, no hay paradas, tres horas y media de marcha seguida. Siempre hemos colaborado un grupo con otro y nos vamos a mezclar bastante. Es una cosa que no puedes encontrar en ningún disco ni en ningún lado. La unión hace la fuerza». ¿Competencia? «En eso sólo piensan esos representantes artísticos que son como vendedores de zapatos. Va a ir más gente que si fuéramos por separado». Está previsto que la insólita relación culmine con un gran fin de fiesta en Madrid en el mes de octubre.

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Fotocopia del anuncio de la publicación y gira de Agila.

La reputación de Robe le ha presentado como un hombre de vida marginal, amigo de las drogas y enemigo de las normas, pero en los últimos tiempos está moderando su actitud personal y mejorando la faceta profesional, puede que harto de una fama que él mismo ha transmitido constantemente. «Ya hace tiempo que soy profesional de esto, aunque sea un bandarra. Pero ahora quizá estoy un poco más serio. También poder planificar las cosas te hace centrarte más».

Iniesta es un ferviente apasionado de la poesía. En Agila presenta algunos versos de Pablo Neruda o Antonio Machado junto a una pluma descarnada como la suya. «Siempre he metido poesía en los discos, lo que pasa es que nunca me ha dado por meter específicamente a su autor. Me gusta leer y muchas veces tomas inspiración por una frase o un párrafo. La mayoría de las cosas las cojo de ediciones de cien o quinientas copias de gente que no puede publicar un libro. Ahora me cuesta separar mis poemas de la música. Intento leer las letras sin ponerle música y no es el mismo punto». Ante la ausencia de información sobre Extremoduro, hasta hace poco reducida a los medios especializados, el grupo decidió abrir una línea telefónica de información para mantener al tanto a su público. «La vamos a mantener porque es algo que me mola. La prensa está muchas veces fuera de la realidad y ahí tienes un espacio en el que dices lo que quieres sin que nadie lo tergiverse. Y sin que nadie tenga que interpretar tus palabras para contárselo a otro. La gente que se quiera enterar de verdad se entera, tanto de conciertos como de las historias que nos ocurran. Y puedes poner verde a quien quieras», termina Iniesta.

Aunque menos descontrolada que en otros momentos de su trayectoria, Extremoduro es una banda hecha de otra pasta. «No sé hacer las cosas de otra manera. Igual pasa con las canciones, no sé hacer música de otra forma. Vas aprendiendo de las gambas que vas metiendo».